13 verdades de las que habla Chenoa en su libro y que no se refieren Bisbal

czavala

Que sí, que todo el mundo habla de la biografía de Chenoa porque, después de un porrón de años, ha decidido contar su verdad sobre la ruptura con Bisbal. Y no sólo eso, también cómo empezó todo, cómo fue su relación y cómo fue su reencuentro años después de separarse.

Pero, seguramente ese sea el motivo de que su libro haya lanzado una segunda edición un día y medio después de su lanzamiento. El morbo está servido porque son muchos los que no han podido olvidar esa relación (sobre todo ella).

Pero una vida da para algo más que un amor y, por eso, en Defectos perfectos hemos descubierto algunas curiosidades sobre la cantante que no tiene que ver con él (aunque sí con otros de sus amores) y, tampoco con Operación Triunfo, el otro gran tema de la biografía.

#1. Álex González

Sí, su historia con Bisbal vertebra el libro pero Chenoa no duda en dar un repaso a su curriculum amoroso. En algunos casos da nombres y apellidos, en otras sólo nombre, y en algunos casos, ni siquiera eso.

Si Bisbal no debe de estar muy contento con lo que ha escrito sobre él, algo parecido le debe de pasar a Álex González. Reconoce que vivieron juntos y que él “era un tío encantador”.

“Entendió que yo estuviera sensible y jamás me reprochó ninguno de los gestos extraños que seguramente tuve con él”, asegura. Pero no pudo con la presión, especialmente tras aparecer juntos en la alfombra roja de los Premios Goya en 2006.

“Ser conocido como el novio de Chenoa no era lo que él necesitaba en ese momento de su vida y nuestra historia no estaba lo suficientemente asentada como para aguantar tanto embiste”, justifica.

#2. Entró a Operación Triunfo con pareja

En el libro habla de aquel novio, su jefe en el casino donde cantaba en Palma de Mallorca, con el que empezó una relación cuando aún estaba casado, que era 15 años mayor que ella y con el que estuvo seis años.

No estaba convencido con su entrada en la Academia aunque fue hasta allí para verla. “Me dejó un sabor desagradable el tenerle allí, en mi planeta feliz”, confiesa. Después pidió que no le dejaran volver.
Luego tuvo que verle en televisión hablando de ella, “cómo podía haber sido tan idiota”, se preguntaba.

#3. Primer novio

Confiesa que lo tuvo a los 14. Era su mejor amigo y le pidió salir. “Entonces no había dudas como ahora, te pedían para salir y era tu novio hasta que cortabais”, asegura.

Y con él perdió su virginidad. “Con él descubrí las cosas que se descubren con los primeros novios, esas que son tan inevitables y que tanto asustaban a mis padres, por mucho que desde muy jovencitos nos habían hablado de lo que ellos llamaban ‘los peligros del roneo’”, cuenta.

#4. Michael Bublé

Aquí tenemos que volver a Bisbal (aunque me había propuesto no hacerlo) porque su relación con él le hizo renunciar a algunas oportunidades que se le presentaron en aquellos primeros momentos de su carrera.

Le ofrecieron hacer un dueto con Michael Bublé que rechazó. “Dije que no para pasar más tiempo con David, así que Nelly Furtado acabó cantando aquel Quando, quando, quando con el canadiense”, explica.

Aunque asegura que de nada sirve arrepentirse, “a veces me doy bofetadas yo sola pensando en aquello”, confiesa.

#5. Luis Miguel

Chenoa admite que es una fan incondicional del mexicano desde que era muy joven y que tuvo la oportunidad de conocerle. Fue a verle en directo en Madrid al poco de salir de la Academia (con Bisbal, sí) y después acabaron visitándole en su suite del Ritz.

“Había alquilado la planta entera, como un buen divo, y la tenía plagada de guardaespaldas”, recuerda. “Yo no podía ir más horrorosamente vestida y Luis Miguel nos recibió con su camisa blanca, blanquísima, recién duchado y oliendo a perfume. Brillaba, o eso me parecía a mí. Aún no sé cómo no me desmayé cuando me dio dos besos”, cuenta.

#6. No descarta la cirugía

Reconoce que se cuida y que es para ella una manera de relajarse y desconectar. Le viene bien cuidarse de sí misma, sobre todo cuando está de bajón.

Y si alguien se ha preguntado si ha pasado por quirófano para tener ese cuerpazo, que sepan que de momento no, no lo ha hecho pero no lo descarta. “No descarto absolutamente nada, pero sí que me iría a un buen profesional y no permitiría ningún cambio radical. Si creo que me voy a sentir mejor, pasaré por quirófano”, asegura.

Eso sí, de momento sólo se ha sometido a radiofrecuencias y peelings, pero “sin obsesionarme”.

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#7. Enganchada a las ciencias ocultas

Cuenta que cuando tenía 16 años trabajó como secretaria de un parapsicólogo. “Recuerdo que me dijo que viviría en una casa con las estanterías llenas de premios”, escribe, “en aquel momento no le hice demasiado caso”.

Desde aquel verano se aficionó a las ciencias ocultas. “En cada país que visito procuro ir a que me echen los caracoles, los posos del café, el tarot…yo voy a todo, me encanta”, admite, “cada año me hago la carta astral”.
Y que conste que no es el único episodio que cuenta, este tipo de temas son recurrentes en su vida. Y asegura que su número es el 8.

#8. Comprometida con un piloto

 

No tiene reparos en confesar que uno de sus sueños era formar una familia como la suya y tener hijos aunque no ha podido ser, de momento.

Estuvo muy cerca porque llegó a comprometerse con un piloto. Le conoció en un avión en un momento de descanso y se entregó a disfrutar de la relación. “Pero poco a poco fui descubriendo, no me preguntéis cómo, que el piloto respondía a todos los tópicos aeronáuticos: se había acostado con toda la flota de azafatas de su compañía”.

Rompieron pero él volvió con un pedrusco y promesas de nueva vida, “dije que sí porque así son los cuentos de hadas”. Pero no todos se lo tomaron bien. “Empecé a darme cuenta de que quizás mi respuesta no era la adecuada cuando mis amigos no saltaron de la emoción al conocer la noticia”. Está claro que no hubo boda.

#9. Obsesa de la limpieza

En varias partes del libro recalca esta obsesión por el orden. “No soporto que haya polvo o ver huellas de dedazos por todas partes. Mis armarios son de obsesa total. No se sale un jersey del sito. Mis amigos me dicen que vivo en un piso piloto, los muy cabritos”, admite.

“Quizá mi manía por el orden en mi vida diaria solo fuera una manera de mantener algo bajo control, aunque fuera el cajón de la bragas”.

#10. Cuando tú vas no le gustaba

Cuando grabó su primer disco confió en Carlos Quintero, su productor. “Grabé el disco en una semana y el único tema que no me gustaba era Cuando tú vas. Menos mal que Mar de Pablos, de mi equipo de Producción, me convenció diciéndome que el tema era muy yo”.

Está claro que su radar no era el más fiable porque acabó convirtiéndose en su mayor éxito.

#11. Quiso ser de Olé Olé

Diez años antes de presentarse al casting de Operación Triunfo se pasó por el que buscaba nueva cantante para Olé Olé. “Tenía 16 años y aparentaba unos 10, con mi pelo largo, lacio y mi cara de niña india”.

Finalmente eligieron a Marta Sánchez.

#12. Tom Jones le tocó el culo

No sabemos si habrá muchas que puedan presumir de que Tom Jones les haya tocado el culo, pero Chenoa, sí. Fue en una gala de Eurobest en la que recibió un premio de manos de Mariah Carey, “sin besarme, claro. Yo no esperaba ganar y lloraba sin parar. Supongo que pensó que se le correría el maquillaje entre tanto lagrimón. No se lo tuve en cuenta, ella es la Carey y tiene todo el derecho a comportarse como una diva”.

No tuvo besos de Carey pero “en esa gala Tom Jones me tocó el culo entre bambalinas después de cantar Sex bomb. Una que ni me roza y el otro que me mete mano”.

#13. Gustos variados

Asegura que le gusta el deporte de salón, el que se practica en casa siguiendo tutoriales, en su caso empezó con Jane Fonda, siguió con Cindy Crawford y ha pasdo por Tracy Anderson o Jessica Expósito.


Le encantan las series como Friends, Sexo en Nueva York, Downtown Abbey, Juegos de Tronos o todos los CSI, aunque asegura que su último descubrimiento ha sido The good fight, “con esa protagonista absolutamente arrebatadora, elegante, inteligente que es Diane Lockhart”.

Escucha desde Bruno Mars a Hombres G y disfruta perdiéndose por París, especialmente por el D’Orsay y es una lectura compulsiva, sobre todo si la autora es Agatha Christie.

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