¡Así comes, así hueles!

Nuria Serena

El olor corporal de una persona puede provocar desde la atracción más primitiva hasta el rechazo más contundente.

Las mujeres hemos cuidado este aspecto desde tiempos inmemoriales, pero la mayoría de los varones lo han pasado por alto. Es más el «olor a hombre» que durante siglos ha sido muy popular, ahora es repudiado y criticado. La falta de higiene o el descuido de la misma es algo intolerable en los tiempos que corren.


En Australia, hay una Universidad, la Macquarie en Sidney, que ha estudiado las preferencias olfativas de las hembras respecto a los machos. Hablando en plata, han analizado cómo nos gusta a las mujeres que huelan los hombres y han llegado a una curiosa conclusión: las mujeres prefieren el olor de los hombres que consumen grandes cantidades de frutas y verduras frente a aquellos con una dieta rica en carbohidratos, tales como pan y pasta.

 

El método empírico que utilizaron fue de perogrullo y un tanto desagradable. Los hombres recién duchaditos y con camisas frescas se sometieron a un duro entrenamiento. Después, cabría imaginar, que el peor rato se lo llevarían las mujeres oliendo las prendas, una por una y evaluar. Pero no fue así. Es importante tener en cuenta que el sudor en sí mismo no huele. Es la combinación del sudor y ciertas bacterias de nuestro cuerpo, la que genera ese hedor tan insoportable. Afortunadamente, las féminas fueron expuestas al sudor momentos previos a que las bacterias provocaran ese aroma fétido.

Así, los hombres que habían comido más cantidad de frutas y verduras fueron clasificados con un olor más agradable, descrito como más floral, afrutado, dulce y con toques medicinales.

En cambio, el de aquellos que consumieron carbohidratos fue catalogado como ‘más fuerte y menos agradable’.

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