La vida en pareja consiste en aprender a soportar las cosas del otro como parte de la convivencia. Una vez que se da el paso de vivir juntos, se acaba la magia del misterio inicial y surgen los detalles personales que no esperabas y que tienes que aprender a amar. Por ejemplo, los olores de tu pareja.
¿Algunos que son insoportables? Sí. Hay ciertos tufos que te erizan los pelos de la nuca y son causa de discusión. Por ejemplo, las nefastas consecuencias de ciertas comidas pesadas. O ese olor corporal cuando ha comido demasiados ajos, que te causa una violenta reacción vampírica. Sin embargo, a pesar de todo, su olor es tu olor, y a la larga, hasta te reconforta y tranquiliza.
El aroma de la tranquilidad
¿Alguna vez te has puesto la ropa de tu pareja cuando no está? ¿Has dormido en su lado de la cama cuando ha salido de viaje? Son reacciones afectivas y de cariño que podrían tener una causa inesperada: la calma que nos da el olor conocido y amable. A pesar de los garbanzos. ¿Cómo puede ser tranquilizador el olor?
Esa es la hipótesis que se ha querido demostrar en un estudio llevado a cabo en la Universidad de Columbia (Estados Unidos). El experimento llevado a cabo buscó esta relación entre estrés y olores conocidos y desconocidos. Unas mujeres fueron monitorizadas ante el olor de las camisetas de hombres desconocidos y de sus propias parejas sin saber qué pieza de ropa era de cada cuál.
Los resultados indican que el olor de tu pareja te inspira tranquilidad. Las mujeres que olieron las camisetas de desconocidos presentaron picos de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Es decir, se pusieron en alerta y con tendencia al nerviosismo. En cambio, las otras estaban más tranquilas y a gusto.
¿Por qué ocurre esto? La convivencia nos hace captar el aroma de nuestra pareja hasta el punto de interiorizarlo. En ese momento lo consideramos el «aroma de la casa», es decir, el del espacio seguro y conocido. Por lo tanto, el olor de nuestra pareja podría ser uno que nos trae sosiego. ¿Tan importante es el olfato?
Aquí huele a amor
Resulta que el olfato es el sentido más poderoso, a pesar de que solemos pasarlo por alto. Tiene algo de primitivo, de elemental, y quizá por eso tiene tanta capacidad para generar sensaciones profundas y escondidas. Un aroma puede traernos al presente cierto recuerdo olvidado de algo que nos pasó hace muchos años.
La existencia de las feromonas en los humanos no está nada clara (por mucho que se vendan supuestos perfumes con ellas), pero hay indicios de que el olor podría tener mucho que decir en nuestra elección de pareja. Sería una influencia sutil y que pasa desapercibida porque actúa por debajo de la conciencia, pero es brutalmente efectiva.
Ese podría ser uno de los motivos por los que después de semanas de flirteo por chat, en la primera cita todo el suflé se viene abajo. Y ese mismo motivo podría estar detrás de una elección de pareja inesperada: «lo conocí y desde ese momento sentí que era para siempre». Encontramos la media naranja perfecta por su olor.
En definitiva, si buscas el amor, haz caso de tu olfato. Pero si ya lo tienes, perdónale sus deslices y quédate con ese sutil olor natural, ese que se oculta detrás del jabón y la colonia. Ese que de verdad es el suyo. En él puede que encuentres esa relación que, además de atractivo y picardía, tiene solidez y confianza. Ahora bien, ¡no vayas por la calle olisqueando a la gente!
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