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Descubre si unos vaqueros te vienen bien sin necesidad de probártelos

Redacción Cadena Dial

El primer puesto del podio de cosas que te encantan se lo reparten tu gusto por la comida basura y tu otra pasión: pasarte la tarde entera de compras. Eso sí, mientras nada se interpone entre tu hamburguesa con patatas fritas y tu apetito, con tu otra afición de cabecera la cosa cambia.

Adoras caminar por los pasillos de las tiendas mientras compruebas qué prendas son novedad. Ahora bien, tus orejas emanan humo solo de pensar en la torre de pantalones que tienes que probarte. Porque sí, en tu imaginación te sientan mejor que el bikini a Ana Guerra, pero necesitas el espejo para cerciorarte de que has elegido tu talla correctamente.

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¡Qué pereza!

En esta situación, la pereza se apodera de ti de tal forma que darías tu entrada del concierto de David Bisbal solo por conocer la respuesta a la pregunta: «¿me quedan bien estos vaqueros, sí o no?». Si el genio de la lámpara se apareciera en ese instante para resolver tu duda, le entregarías tu nuevo teléfono móvil sin dudarlo.

Y puede ser aún peor

Incluso serías capaz de perdonarle tus tres deseos, y de poner a su nombre tu billete de avión con destino paradisiaco. Cualquier cosa con tal de no tener que esperar esa interminable cola. Por no hablar de la desidia que te produce quitarte todo ese montón de prendas que te pones cuando llega el frío. Y la misión puede resultar aún más difícil: imagina que te llevas a tus niños. Vigilarlos mientras te subes la cremallera (si es que sube, claro) se antoja tarea complicada.

Trucos para no tener que pisar el probador

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Como siempre te has caracterizado por tu osadía, en ocasiones anteriores compraste varios pares de vaqueros sin comprobar que te sentaban como un guante. Creíste a pies juntillas en tu instinto, pero, reconócelo, las corazonadas no son lo tuyo. ¿Qué conseguiste? Tener que hacer otro viaje a la tienda para devolverlos.

Esto no volverá a ocurrirte si sigues estos trucos que, avisamos, pueden parecerte un tanto excéntricos, pero los entendidos aseguran que funcionan:

Enrollar su cintura a tu cuello

Como lo estás leyendo. Cubre tu cuello con su talle a modo de capa, como si fueras un superhéroe. ¿Los extremos se tocan debajo de tu barbilla? Entonces, estás ante unos tejanos hechos a tu medida. No importa el número que leas en su etiqueta (ya sabes que los fabricantes o las formas de la prenda influyen en esa cifra), si ocurre como te lo contamos, ¡cómpratelos!

Comprobar si tu antebrazo entra en su cintura

Si te da vergüenza emplear la técnica anterior, utiliza esta otra táctica, algo más discreta. Introduce tu antebrazo con el puño cerrado en la cintura del pantalón en cuestión. Si la medida casa con el hueco, estás ante la prenda perfecta. Y otro consejo: nada de engañarse a uno mismo. ¿Tus dedos salen de ahí más rojos que una gamba? Lo sentimos, no es tu talla.

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Empleando estos trucos, al menos entrarás en los pantalones. Otra cosa es que te sienten mejor o peor. Ya sabes que el tejido puede ser más o menos flexible, o la silueta más o menos ajustada. Pero hasta estos detalles tienen solución.

¿Que al ponerte estos vaqueros en casa no te convence la forma en la que te marca las caderas? Siempre puedes acudir a una camiseta larga. La respuesta, como en muchas cosas en la vida, reside en tu imaginación.

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