El Ministerio de Consumo ya lo avisó: que no te la cuelen con los roscones

Muchas veces la nata se sustituye por grasas vegetales

Ana Más

El Roscón de Reyes es  uno de los dulces navideños que más consumimos y más nos gustan. Su origen hemos de buscarlo en el siglo II a.C. cuando se celebraban “Las Saturnales”, un festejo pagano en honor a Saturno, dios de las cosechas. Para celebrar el final del período más oscuro del año y el comienzo del buen tiempo, se preparaba una torta a base de miel en la que se introducían algunos frutos secos, dátiles e higos.

Siglos más tarde, esta torta llega a España de mano de Felipe V y también a Francia aunque ya no era la misma torta de las fiestas Saturnales pues en vez de incluir solo habas, también se le incorporaban monedas de oro.

Actualmente los hay sin relleno y con él, y precisamente sobre estos últimos se ha pronunciado el Ministerio de Consumo en alguna ocasión. A través de su cuenta de Twitter el organismo oficial avisó de que es “una práctica muy común” sustituir la nata del relleno “por un mix de grasas vegetales” en el que predominan aceites como “los de palma, coco y otros mezclados con grasas hidrogenadas”. 


La advertencia del Ministerio de Consumo sobre los roscones de nata

Además, el organismo oficial daba unas pautas para que no “nos la cuelen” y saber identificar si está relleno de nata realmente. Lo primero es comprobar que en la etiqueta aparezca la palabra “nata” como ingrediente único del relleno. La nata debe estar hecha a base de leche de vaca, aunque puede llevar azúcar y algunos aditivos, conservantes y estabilizantes. 

Pero debemos prestar atención a si en sus composición hay aceites de palma, de coco y otras grasas vegetales… no será nata sino un mix de grasas vegetales. 

Hace un par de años la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicaba su análisis sobre los mejores roscones de nata del supermercado y ya entonces destacaba que su calidad global había descendido con respecto a la de 2019.

Eso sí, la publicación resaltaba que la mayoría de los roscones recurrían a grasas de buena calidad, tanto para hacer el bollo como para el relleno. De los nueve roscones analizados, seis empleaban nata.