Palosanto es un disco coral. En él coexisten, metafóricamente, muchas voces. En los tres años en los que estuve escribiendo el material que configura este álbum, el hartazgo y alienación llevó a jóvenes y no tan jóvenes, a salir a la calle a manifestar el descontento y desencanto… Intenté hacer un disco social y dar voz a un sentimiento general, pero he vuelto a hablar de mí mismo y de cómo lo viví y sentí.
Divido el álbum en dos partes: La primera, musicalmente más digital y tecnológica, abarca el inicial entusiasmo, el cinismo de algunos, la desesperación y negatividad de otros y la lógica conclusión de que ninguna revolución triunfó sin derramamiento de sangre. La segunda, musicalmente más orgánica, es la mirada hacia el interior».