Según publica el ‘Daily Mirror’, la mujer ya tenía una ASBO (orden de comportamiento antisocial), que es una orden civil que se emite en el Reino Unido contra una persona cuando ésta tiene un comportamiento inapropiado. Este tipo de órdenes se pusieron en práctica para corregir incidentes menores que normalmente no llegan a los juzgados.
El juez le impuso esta pena al considerarla reincidente y que había quebrantado la ASBO que le había sido impuesta, por la cual debía abstenerse de realizar ruidos molestos para sus vecinos en horario nocturno, entre los que se incluía poner música fuerte, gritos, ruidos estruendosos y portazos.