Después de cenar, su momento favorito, se concentra en «tratar de escribir canciones» pero muchas veces no consigue sacar las letras y en la desesperación -comenta- que se pone a pintar donde puede, en las puertas o en las paredes porque no dispone de óleos ni cuadernos.
A pesar de no sacar adelante sus proyectos musicales, Joaquín Sabina se desahoga y suelt todo lo que lleva dentro, por eso sus obras son algo caóticas y sin reglas fijas. Incluso, su mano para el dibujo le va a llevar a publicar un cuaderno con todas sus creaciones plásticas.
La publicación se llama «Garagatos» y contará con 4.998 ejemplares que se pondrán a la venta en febrero, según ha conocido Efe.