Por este motivo, un grupo de psicólogos australianos han decido estudiar las consecuencias negativas que la continua exposición de nuestras vidas tiene para nosotros
Esta divergencia entre imagen virtual y personalidad real ha sido analizada por científicos de la Universidad de Tasmania (Australia). El estudio ha sido publicado en revista ‘Cyberpsychology, Behavior and Social Networking’ y las conclusiones son demoledoras
-Para muchas personas es complicado expresar la felicidad auténtica en la vida real por miedo a ser juzgadas. Por ello, deciden esconderse en otras vidas y utilizar como escaparate las redes sociales. Las consecuencias de todo ello es un aumento del nivel de estrés porque sus verdaderos sentimientos no coinciden con la vida real ni con la virtual.
“El verdadero ‘yo’ del individuo es esencial para su identidad. También lo es el hecho de que los demás acepten la verdadera personalidad y no una impostada. De lo contrario, la mentira provoca conflictos intrapsicológicos e influye negativamente en la interacción social.
Las mentiras pueden llegar a tal punto que podríamos terminar por confundir nuestra realidad presente y futura ya que podríamos perjudicar la grabación de hechos vitales de nuestra vida.