Nuestro pequeño Andres nació con una enfermedad rara, por la que hemos tenido que luchar mucho. Durante los primeros años fue todo muy fácil, pero fue a partir de los últimos meses antes de morir mi marido fue perdiendo las ganas. tras su fallecimiento ha entrado en un circulo del que ya es imposible hacer nada. Su escapatoria fue el alcohol y las drogas. yo no solo sufría por la falta de nuestro hijo, si no por ver como mi marido perdía las ganas de vivir y de afrontar los problemas. hemos estado en muchos tratamientos, que ha abandonado. la gota que colmo el vaso y por lo que decidí separarme fue cuando una de las noches que volvió a casa completamente bebido y drogado, me pego una paliza que tuve que ir al hospital. Allí puse la denuncia que ha provocado este dramático desenlace.