¿Y qué significa esta palabra impronunciable? Pues ¡Limpieza de muerte!
Se trata, básicamente, de deshacernos de todo lo que no necesitamos antes de pasar a mejor vida, ahorrando a nuestra familia pasar el mal trago de tener que tirar nuestras pertenencias y de paso, darle su espacio a lo que realmente necesitaremos durante el resto de nuestra vida.
El término se ha puesto de moda durante los últimos días gracias al libro de Margareta Magnusson, una sueca que proporciona unas cuantas claves para (re)ordenar nuestras vidas. Como recuerda, la gran pregunta que debemos hacernos es: “¿Será algún conocido más feliz si no tiro esto?”
-Deja apuntadas las contraseñas que puedan necesitar nuestros descendientes para acceder a determinadas cuentas. -- -En lugar de guardar los regalos que son bonitos pero que no necesitamos, se los podemos dar a aquellas personas que lo necesitan.