Se ha descubierto, a través de un estudio propuesto por Bruselas, que en la mayoría de los menús del día, cuando uno pide merluza o lenguado, son en realidad un sucedáneo pero no ese pescado en concreto.
Una inspección de un laboratorio vasco en 300 restaurantes ha revelado que casi nunca sirven el pescado que aparece en la carta.
Para desenmascarar este fraude, se han hecho pruebas en laboratorio, en las que se ha visto que se trata de otro tipo de pescado pero no el que se pide. Pese a todo ello, no existe riesgo de salud, aunque sí para el bolsillo del cliente, dado que quiere algo y se come otra cosa muy distinta sin darse cuenta.