Además, aprovechó el momento para decirle que su marido y su hija se habían llevado una manta y dos toallas de la habitación sin permiso alguno y debía pagarlas. Al decirle el precio de cada una de las cosas, la atrevida se quedó sin palabras.
¿Habrán conseguido resolver este malentendido? ¡Averígualo!
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