Isidro Montalvo se ha hecho pasar por Don Fermín y ha comenzado a llamar de parte de la parroquia a diversos atrevidos. Era el momento para que cada uno practicara sus correspondientes oraciones para que no hubiera ningún fallo a la hora de tener que pronunciarlas en vivo y en directo dentro de la iglesia.
¡Menuda bromita de lo más divertida! No tiene pérdida alguna.