Don Agustín, nuestro párroco, ha contactado con diversos atrevidos para hablarles de la iglesia y el señor. Quería comprobar los cursos prematrimoniales de cada uno, pero se había equivocado de número de teléfono en las dos llamadas.
Al menos ha podido «Alabar al señor» junto a uno de los oyentes y se ha quedado más que contento…