Una oyente nos ha contado que su casera era como la vieja del visillo. Una vez una amiga iba a tomar café a su casa y se equivocó de timbre, por lo que coincidió con su casera. Pues, la señora no tuvo otra cosa mejor que hacer que contarle todo el horario a la amiga de la atrevida. Parece ser que sabía todo de ella.
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