«Que no se me vaya en tiempo», pedía nuestro compañero que dejaba alguna que otra duda conforme relataba los versos llenos de amor y pasión. Cuervos que según Saray Esteso no vienen a cuento, así como algún que otro «extrañas» o «entrañas» que no terminamos de descifrar.
En lo que sí estaremos de acuerdo es en la fogosidad de esta historia que pide el choque entre bocas, un corazón que «agrande» al suyo o «bañar su saliva en el paladar».