Cepeda y Pastora Soler

Pastora Soler y Cepeda están de acuerdo: este sonido es odioso

"Nadie lo cambia", apuntaba el gallego

Noelia Bertol

Seamos sinceros, ¿a quién le gusta el sonido del despertador? Incluso cuando cambias el sonido de la alarma y pones tu canción favorita con la intención de despertar de mejor humor, acabas detestando la canción y poniéndote inevitablemente de mal humor cada vez que la escuchas en otro lugar. Por eso, si tienes amor por una canción, ¡nunca la pongas como alarma! 

Estos días Cepeda y Pastora Soler han coincidido en lo odioso que resulta el sonido con el que amanecemos. Ese tono repetitivo y agudo que es como si se nos metiera en la cabeza y nos zarandeara el cerebro para que dejemos de soñar.

A pesar de que la sevillana siempre comparte su mejor humor con sus seguidores, lo cierto es que a nadie le gusta levantarse antes de las 8 de la mañana, y eso le hizo a Pastora Soler mostrar su ‘profundo odio’ al sonido de su despertador, que rompió su dulce sueño.


«Odio el sonido de mi despertador, lo odio profundamente«, compartía la de La mala costumbre a través de Twitter a las 7:47 horas de la mañana el pasado jueves.

La entendemos a la perfección, y es que si ya de por sí madrugar tanto es una faena, imagínate siendo mamá o papá. La artista tiene dos pequeñas, Estrella de seis años de edad, y Vega, que aún no ha cumplido los dos años.

Cepeda ‘responde’ a la artista: todos odian este sonido

 

Horas más tarde, como si de una respuesta indirecta a la artista se tratara, Cepeda compartía: «Todo el mundo odia el sonido del despertador pero nadie lo cambia«.

Sus seguidores apuntaron el detalle que destacábamos al inicio de esta pieza y le recordaron al artista que, por mucho que se cambie el sonido, lo que verdaderamente detestamos es el despertador en sí.

Hay veces que no nos levanta de la cama ni la mismísima Macarena de Los del Río. Y mira que esta canción tiene un poder de atracción que nos invita a reproducir su coreografía nada más escucharla. Pero mejor no ponerla de despertador, para poder seguir dándolo todo cada vez que suena.