Eso no significa que no podamos echarles una mano o explicarles algo que no entiendan, pero nunca hacer las tareas por ellos. Sólo conseguiremos que no aprendan a cumplir con sus obligaciones.
El maestro Trevor Muir en LetGrow explica, que cuando estés tentado de hacerles los deberes pienses que sólo les estarás aportando inseguridad ya que si se acostumbra a que se los hagas tú, al final se sentirá incapaz de hacer las tareas por su cuenta y su confianza en si mismo se verá mermada, tal y como recoge en un artículo Sapos y Princesas.
Sin embargo al hacer los deberes solo, tu hijo se verá obligado a poner en práctica sus conocimientos y habilidades y cuando termine sentirá la satisfacción de haber cumplido con su deber. Algo que hará que aumente la confianza en si mismo y afronte los retos en un futuro con más seguridad.
Además les estarás restando progreso en la lectura, la escritura, el análisis o la memoria. Hacer los deberes les ayuda a crear hábitos de estudio y a ser disciplinado, además de a concentrarse y a gestionar el tiempo. En definitiva les limitamos su capacidad de aprendizaje y crecimiento como estudiantes y personas.
Si les haces los deberes a tus hijos el profesor no tendrá una visión realista de su avance y logros académicos y además al final terminará descubriendo la trampa. Por eso deja que los haga él solo, que se equivoque y que aprenda de sus errores.
Y si le cuesta mucho hacerlos trata de establecer una rutina, por ejemplo merienda, parque y deberes. Además procura tener paciencia, evita castigarle si no acaba los deberes ya que solo conseguirás que se sienta presionado y no quiera volver a intentarlo, mejor parad los dos, descansad y retomad los deberes un rato después.
No le exijas demasiado para su edad e intenta ser comprensivo, puede que haya alguna razón por la que no quiera hacer los deberes (sueño, cansancio…).
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