Los vídeos de gatitos graciosos de TikTok, los reels de Instagram dándonos consejos para conseguir un pelo brillante o una piel pulida sin rastro de acné, los análisis musicales de YouTube, los debates relevantes (o incluso los absurdos) de Twitter y una infinidad más de contenido nos persigue día a día desde nuestro teléfono, ordenador portátil e incluso desde aquella tableta que nos compramos para repasar los titulares de los periódicos el domingo y que ahora usamos para ver Netflix o cualquier otro tipo de plataforma dispuesto a saltar ante nuestros ojos a la mínima que nos despistemos… Y es que ,hoy en día Internet está en todas partes y aunque no nos demos cuenta nos pasamos gran parte de nuestro día enganchados a él.
Pero las grandes preguntas son: ¿Tenemos una relación sana con la tecnología en general y con Internet en concreto? ¿O quizá dependemos demasiado de las redes? ¿El tiempo que pasamos en ellas nos priva de parte de nuestra vida social? ¿Cuándo estamos con gente, les dejamos de prestar atención para centrarnos en un artículo de Wikipedia? ¿Consultamos el correo electrónico en vez de prestarle atención a quien nos habla? ¿Nos ponemos nerviosos si salimos a por el pan sin móvil? ¿Puedes aguantar 30 minutos sin consultar tu WhatsApp?
Dependiendo de quien se haga las preguntas, las respuestas serán diferentes. Sin embargo, hay muchas probabilidades de que muchos de nosotros veamos a través de estas sencillas cuestiones que quizá, nuestra relación con la red y la tecnología no es tan sana como creíamos hasta ahora… Entonces ¿qué podemos hacer para mejorarla?
Cómo cerrar tu relación tóxica con Internet y la tecnología
Mantener una relación sana con el móvil y, en general, con Internet; es fácil si sabes cómo. Para ello, también hay que saber gestionar bien los tiempos y se consciente del uso que le damos a cada una de las tecnologías.
Estas son algunas claves para hacer un uso saludable de Internet y las tecnologías en plena era digital:
Gestiona tu tiempo y pon límites. Esta es la regla de oro para abandonar cualquier tipo vicio: ponerse limitaciones. Establece un tiempo para estar conectado a las redes sociales y, lo más importante, cúmplelo. No importa el motivo por el que uses el móvil o tu ordenador — si es por sencillamente por ocio o es por trabajo —. Ten en cuenta tus necesidades y establece un horario de uso.
Enfócate en el día a día. Cuando estés realizando otras tareas que no tengan nada que ver con las redes sociales, lo mejor es alejarse completamente del móvil o, incluso, apagarlo. Por ejemplo, si estás comiendo, disfruta del plato o si estás tomando el sol, no tires de Instagram. Céntrate en la vida real.
Calcular tu uso diario en redes sociales. Hay aplicaciones que ya lo hacen por ti, por eso es tan fácil llevar un control o vigilancia del uso diario que haces para ver tu perfil o el de otras cuentas.
Depura tus redes sociales eliminando la toxicidad: Si hay alguna cuenta que perturbe tu paz mental, sencillamente deja de seguirla. Esto evitará que te dejes llevar por bucles que, además de robarte tu tiempo, te enfaden.
Olvídate del móvil cuando estés con familia y con amigos: Si estás con ellos, disfruta de su compañía. Olvídate del teléfono móvil y vive el momento. Además, si te atreves, exige que los demás hagan lo mismo contigo. Eso sí, hazlo con respeto y dando tus razones por que si no, tal vez no te entiendan y se cree una situación incómoda.
Busca hobbies analógicos: Prueba los viejos entretenimientos como los puzles, leer libros, hacer bolillos, etc. Hay vida más allá de la tecnología.
No uses el móvil, el portátil ni ninguna otra tecnología desde una hora antes de dormir: Esto te servirá para irte dando un espacio personal no dependiente del móvil y además, te ayudará a descansar.
