La pechuga de pavo tiene un montón de proteínas y es baja en grasa pero no ocurre lo mismo con el fiambre de pechuga de pavo. Te contamos cuáles son las diferencias.
Según la nutricionista Concepción Martínez en el diario El Español el fiambre de pechuga de pavo es una carne procesada y a pesar de tener muchas proteínas también cuenta con harinas refinadas en forma de almidón en su composición, algo que no lo hace nada saludable.
El fiambre de pechuga de pavo es un derivado cárnico que es pechuga de pavo sometida a un proceso de pasteurización, cocido y salmuerización y aunque lo encontremos en la sección de fiambres no es un fiambre según la legislación vigente, lo mismo que ocurre con el jamón cocido y la paleta cocida, esta última lleva sal y está pasteurizada y cocida.
En este sentido la legislación es muy clara y explica que “cuando a los productos elaborados con piezas cárnicas se adicionen féculas, la denominación irá precedida de la mención ‘fiambre de’. Por lo que este tipo de embutido es pechuga de pavo, que ya puede contener sal, a la que se le añade aún más sal, féculas o almidones, que pueden contener hasta un máximo de un 5% de azúcares.”
Si nos fijamos en los ingredientes de ambas, fiambre de pavo y pechuga de pavo la gran diferencia es que esta última además de contener un porcentaje de carne mayor que el fiambre, no contiene féculas y almidones como en el caso del fiambre.
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