«Nos empezamos a poner rojos a manchas y tuvimos que correr a urgencias», relatan tras haber comido atún. Y, en vez de tomar la decisión más drástica, decidieron actuar de otra manera: visitando de nuevo el establecimiento.
Cuando la pareja llegó al restaurante, «nos encontramos a la dueña que llevaba trabajando ahí media vida». «Cuando se lo dijimos la pobre mujer se puso a temblar, se tuvo que sentar, se le caían las lágrimas y me tocaba los brazos y me decía: ‘menos mal que estás aquí, menos mal que estás bien».
Tras conocerla, decidieron volver. Sin embargo, esta vez como comensales de nuevo. Tras una cena «estupenda», se llevaron una sorpresa: «Nos ha dicho que lo mínimo que podía hacer era no cobrarnos y que esto nos podría haber perjudicado a nosotros a futuro como también le podría haber perjudicado a ella a futuro».
@esmipsicologa♬ sonido original – Elizabeth Clapés
«Sabemos que ha sido un error humano y no podemos estar más orgullosos de no haber tomado ninguna medida drástica», aseguran en este vídeo que se ha hecho viral.
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