
Muchas veces empatizamos con la persona que nos llama, que entendemos que solo hace su trabajo y tratamos de explicarle que no nos pilla en buen momento, pero esto solo pospone el problema, ya que intentará que le digamos cuándo nos viene bien que nos llame. Y lo volverá a hacer.
Una manera de al menos reducirlas es inscribirnos en la lista Robinson, un fichero de exclusión publicitario en el que puedes inscribirte de manera gratuita y reducir así la publicidad que recibes. Aunque no es algo instantáneo, es decir, no esperes dejar de recibir inmediatamente publicidad. Deben pasar tres meses desde el día siguiente a inscribirte en la lista para que se haga efectivo ya que las empresas que la envían están obligadas a consultar la lista cada dos meses.
Lo explican desde El Economista: «Esto es porque con la ley de protección de datos, por un lado, las empresas no pueden hacer llamadas aleatorias como hacían antes, además de que hoy en día tienen que decirte de dónde ha sacado nuestro número y qué tratamiento está haciendo de dicha información».
Si nos contestan que nos llaman de una empresa con la que hemos firmado un contrato en el que autorizamos que nos llamen, tendremos que pedirles que dejen de hacerlos y tendrán que hacerlo siguiendo la normativa de la Agencia de Protección de Datos (AEPD).
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