Horas más tarde de hacerse eco el mundo de la comunicación de su fallecimiento, era su marido, Carlos Cánovas, quien se pronunciaba. Roto de dolor, su pareja explicaba que todo había sido «inesperado» y que los últimos años habían sido un verdadero infierno. Así pues, Cánovas daba las causas de su muerte: un nuevo cáncer que había desarrollado sin ella saberlo y que su círculo más cercano había decidido ocultárselo dada su delicada situación.
Un cáncer de hígado fue el responsable de que Silvia Tortosa abandonara este mundo antes de hora. No obstante, su delicado estado de salud no le impidió estar atenta a todo lo que pasaba a su alrededor.
Tras su repentina muerte, el foco se ha puesto en su testamento. Así, ha sido la revista Lecturas quien ha desvelado en exclusiva que hay una persona menos que forma parte de su herencia: su exmarido, Carlos Cánovas, por una infidelidad.
«Silvia supo que Carlos le era infiel ocho meses antes de fallecer y en ese momento cambia el testamento», explicaba dicha revista, desvelando así que Cánovas le estaba siendo infiel con la actriz Marina Lozano.
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