
A continuación de pronunciar estas palabras, la Obregón se viera interrumpida por su abogada, la televisiva Teresa Bueyes, que pidió a su clienta que guardara silencio: «Me dice que no hable del tema«. El desconcierto se apoderó del plató, lo que provocó que Sonsoles Ónega preguntara qué estaba ocurriendo: «¿Pero qué pasa, Teresa, por qué no puede hablar?». «No puede reavivar todo lo que pasó en el pasado, el enfado de Cayetano con Mar y todo eso no se puede hablar«, respondió Bueyes. «¿Pero qué tiene que ver Cayetano con Mar, con Alessandro y conmigo?«, preguntó, también desconcertada, Obregón.
Hablaba sobre Cayetano Martínez de Irujo, que allá por finales de los noventa mantuvo una relación de Mar Flores, la cual acabó después de que salieran a la luz unas fotografías de la modelo con Alessandro Lequio cuando ella, a priori, estaba saliendo con Fernández Tapias. Tras el estallido de este escándalo, Ana Obregón echó más leña al fuego diciendo en Crónicas Marcianas que Cayetano y Mar Flores planeaban meter droga en la maleta de Lequio para intentar hundirle; una acusación de la que tuvo que disculparse públicamente diez años después para frenar la querella que por aquel entonces le había puesto el aristócrata. Teniendo todo esto en cuenta, cobra sentido que Bueyes pidiera este martes a su representada que no hablara más de la cuenta.
Ana Obregón y los celos de Victoria tras conocer a David Beckham: «¿Cómo no le iba a poner ojitos?».#YAS3Jun
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— Y Ahora Sonsoles (@YAhoraSonsoles) June 3, 2025
Ana Obregón se limitó a decir que Mar Flores no había ‘robado’ el marido a nadie, y ella tampoco. Sin embargo, desde ‘Y ahora Sonsoles’ le recordaron su mediático episodio con los Beckham. La historia se remonta al año 2005, cuando ella y David Beckham coincidieron en un lujoso hotel madrileño. Según la presentadora, el entonces jugador del Real Madrid “empezó a mensajearme” después de que ambos se conocieran en el gimnasio. Algo que Victoria Beckham acabó descubriendo.
«Yo estaba haciendo estiramientos de piernas en el suelo y no llevaba gafas así que no veía un pimiento, pero de fondo se acercaba una figura pequeña acompañada de dos maromos. Era Victoria con dos guardaespaldas gigantes. Me cogió del tirante y me dijo ‘Stop, no sé cuántos, no sé qué’. Me sorprendió porque creía que quería saludarme», relató este martes Obregón.
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