
Un trabajo personal que, según reconoce, le ha permitido mirar de frente a su historia familiar y cerrar capítulos que habían permanecido abiertos desde la infancia.
Durante su conversación con David Broncano, la artista compartió uno de los gestos más íntimos y cargados de significado de su vida adulta. Se trata del ritual que realizó cuando cumplió 33 años, la edad exacta en la que murió Antonio Flores.
Con sinceridad, Alba explicó que aquel cumpleaños supuso un punto de inflexión emocional en su vida. Preparó una tarta Sacher y reunió a su familia para soplar las velas con ellos: «Les dije a mi familia que necesitaba que sopláramos todas las velas juntas, compartirla y que de alguna manera me acompañaran para darme permiso para vivir más que mi padre«, confesó.
Otra de las revelaciones de la noche llegó al hablar de la canción que interpreta en los créditos del documental. Aunque pertenece a una gran saga musical de España, la actriz no ha querido mostrar su faceta musical. Siempre sintió cierta presión que se ha quitado ahora con el estreno del largometraje.
«Esto forma parte de ese proceso de intentar comprenderle a él, comprender su manera de vivir. Al final de la peli, ahí en los créditos, hay una canción que he hecho yo para él», explicaba Alba.
Con la ayuda de Silvia Pérez Cruz terminó una canción que empezó a inventarse de niña: «Me ha ayudado Silvia Pérez Cruz, ni más ni menos… un poco de ayuda buena. Pero yo pensaba: si yo hubiese conseguido hacer esta canción antes de la película, nunca habría hecho la película«.
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