En una entrevista reciente con El Mundo, Ana Torroja ha abierto una ventana íntima a los últimos años de Mecano, el grupo que marcó una época en la música española y cuya disolución dejó huella no solo en sus seguidores, sino en la propia artista.
Una artista que no disfrutaba de la fama y del éxito, sino todo lo contrario. «La fama no me gustaba y me sigue sin gustar. Cuando empezó a bajar no sólo no me dolió sino que lo agradecí«, cuenta sobre cómo vivió la disolución del grupo. De hecho, se ha sincerado sobre esa etapa final de Mecano, la cual asegura que fue «muy dura».
Una dureza que incluso la llevó a enfrentar situaciones médicas extremas: «Recuerdo una vez, en México, que estaba fatal, pero teníamos muchos conciertos seguidos y suspenderlos era impensable. Daba igual que tuviera fiebre, me ponían inyecciones y oxígeno para salir al escenario, hasta que un día me desperté y no me podía mover«.
La cantante recuerda cómo el éxito arrollador del grupo se convirtió en una carga física y emocional. «Estaba absolutamente deshidratada, me metieron tres días en el hospital y el día que salí me llevaron directa a dar un concierto», relata.
El ritmo frenético de giras y compromisos, sumado a las tensiones internas, acabó por desgastarla. «Hubo momentos difíciles al ver que el grupo se descosía y, sobre todo, hubo momentos de agotamiento físico porque teníamos tanto éxito que no había forma de parar».
La presión social y la sobreexposición también pasaron factura. «Me hice agorafóbica. Tenía miedo de salir a la calle y que alguien se me acercara«, admite. Fue entonces cuando decidió alejarse de todo y buscar refugio en Nueva York. «Necesitaba ser una donnadie para recuperarme a mí misma. Mecano era tan grande que me había fagotizado, absorbía totalmente mi vida y mi persona«, cuenta.
Aunque reconoce que en aquel momento no gestionó bien la fama, con el paso del tiempo ha logrado reconciliarse con esa etapa. Incluso al revisar imágenes de la gira de 1992 para un documental reciente, se sorprendió: «¡Wow! Era una locura».
La separación del grupo, que se oficializó en 1998, la tomó por sorpresa. Recordemos que fue José María Cano, uno de los integrantes de la banda, lanzó la bomba durante una gala de premios: «Quiero anunciar que no voy a estar más con Mecano».
Fue en ese momento en el que toda España en directo conoció la noticia, pero también Nacho Cano y Ana Torroja, sus compañeros en el grupo. «Me entró un vértigo tremendo. Yo soy de poner el 100% en todo lo que hago y en esos once años había dedicado mi 100% a Mecano. Dejé de estudiar, dejé cualquier otro plan y cualquier otro sueño y me dediqué en cuerpo y alma al grupo. Y, de golpe, deciden que se acabó y no había nada que yo pudiera hacer para evitarlo», cuenta esta.
A pesar de las ofertas millonarias para una posible reunión, Torroja admite que «no hemos coincidido en el tiempo» y que «yo hubiera vuelto, no lo niego«. Sin embargo, cada uno ha seguido su camino y la relación sigue siendo igual entre ellos: «Tengo el mismo trato que hemos tenido siempre. Ni nos vemos ni hablamos regularmente, pero tampoco es necesario«.
Hoy, con 65 años, Ana Torroja sigue en activo y acaba de lanzar un nuevo sencillo, Se ha acabado el show, que adelanta su próximo disco. “Lo hago en función de lo que yo necesito contar, cómo lo quiero contar y qué me pide el cuerpo en ese momento”, explica. Y aunque la sombra de Mecano sigue presente, ella la abraza con gratitud: «Si no hubiera vivido esos 11 años de Mecano seguramente no estaría hoy aquí«.
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