
Se trata de uno de los proyectos más autobiográficos del malagueño, en el que nos deja adentrarnos en sus sentimientos, tanto a través de las baladas -que recuerdan a algunas de sus eras más alabadas como la del disco ‘Prometo’-, como de los temas más rompedores con los que el artista ha querido romper esquemas y dar rienda suelta a su capacidad artística a través de ritmos o arreglos con los que no había experimentado antes.
La apertura del disco viene dada por ‘Clickbait‘, el primer tema que pudimos escuchar de este proyecto y uno de los más experimentales del repertorio. Una reflexión perfecta del mundo en el que vivimos hoy en día, donde las redes sociales, los titulares sacados de contexto y las apariencias parecen eclipsarlo todo, en la que el artista aboga por quedarse con la gente que de verdad importa, la que «mira a la cara», acompañado de unos ritmos y arreglos que hasta este momento no eran comunes en su repertorio.
Como en cada uno de los proyectos que lanza el malagueño, las baladas son una de las partes fundamentales, y la primera que encontramos si escuchamos el disco en orden es la que comparte nombre con el álbum, ‘KM0‘. Un tema de él para él, en el que hace un viaje por algunos de los momentos clave de su vida dando forma a una introspección musical que le hace volver a la casilla de salida para poner la vista en el futuro tras reconocer que todo lo andado no ha sido en vano. Da paso a ‘Vámonos de aquí’, la canción en la que Pablo Alborán, acompañado de los ritmos más country y de la harmónica de Indiana Sfair, narra los diversos capítulos de una historia de desamor en la que la mejor opción es irse, dejando claro que hay relaciones que no pueden revivirse por más que sus protagonistas lo intenten.
La cuarta canción del disco es ‘Me quedo’, un tema que ya pudimos escuchar el día de Andalucía, cuando se le otorgó la Medalla a las Artes. Y la decisión de presentar la canción en este acto no fue tomada en vano, ya que con una producción exquisita y unos coros que acompañan a Alborán a la perfección, el malagueño dedica su letra a la tierra que le vio nacer, a la que siempre quiere volver, tal y como demuestra con frases como «Me quedo donde guardo más de una rima pendiente para volver y volver a verte». ‘Mis 36’ llegó por sorpresa y menos mal que lo hizo, ya que es una de esas canciones que consiguen transmitir algo especial desde la primera escucha. Con una de las letras más personales del disco, Pablo desnuda su alma en esta balada marcada por la percusión en la que vuelve a cantarle al desamor en primera persona y a las consecuencias que puede generar, como la «culpa» que no nos corresponde cuando sabemos que lo único que debemos hacer es abrir la puerta de salida. Si estuviste en alguno de los conciertos de su gira anterior, lo más probable es que bailaras al ritmo de ‘Si quisieras’, una canción que nació con la idea de ser única en los conciertos de ‘La cuarta hoja‘ pero que tras la gran acogida del público ha terminado formando parte de ‘KM0’. La presenta de manera muy similar, con una base musical muy trabajada en la que no faltan los ritmos más latinos, convirtiéndola en uno de los temas más movidos del proyecto.
Uno de los temas que más expectación ha generado a lo largo de los últimos meses ha sido ‘Planta 7’, un tema dedicado a todo el personal de profesionales que conforman el equipo humano del Hospital La Fe de Valencia, en el que el artista ha pasado gran parte de los últimos meses junto a un ser querido que ha atravesado un bache de salud. Se trata de una bulería de casi 10 minutos de duración en la que la guitarra de Vicente Amigo suena de manera especial para acompañar a la voz del artista, que honra a todos los médicos, enfermeros y resto de trabajadores con frases como «hay quien se deja y se deja la vida por quien no puede» o a los pacientes oncológicos escribiendo «con la fuerza de tus ojos cuando me miran hoy soy la voz de corazones que se han descosido en tantas oraciones, y soy el pañuelo de tu pelo, Valencia esconde un cielo que grita por los dos ‘Las cosas buenas también suceden'», en una canción que va cogiendo ritmo y fuerza según avanza y que resulta siendo una de las más emotivas del disco.
Sobrepasado el ecuador del disco encontramos ‘La vida que nos espera’, que, con un nuevo cambio de ritmo en el que las percusiones y los instrumentos de viento toman el protagonismo, es una carta abierta al amor, a las promesas que se hacen cuando lo único que quieres es proteger y cuidar a la persona que completa tu corazón, y ‘Talón de aquiles’, uno de los temas más destacados por los fans tras la primera escucha. Y no es para menos, ya que es una de esas baladas que lleva el sello más característico de Alborán, que de nuevo hace brillar su sensibilidad. Canta «te voy a dejar ver mis heridas de guerra, mi talón de Aquiles en todas sus facetas», haciendo referencia a una de las partes más vulnerables del cuerpo humano, en una letra plagada de sinceridad en la que también se canta a sí mismo, hablando del daño que podemos hacernos sin ser conscientes, abogando por la importancia de conocer a las personas más allá de su silueta y rompiendo una lanza a favor de olvidar las etiquetas.
Este proyecto no se ha quedado sin colaboraciones, y a la primera artista invitada que podemos escuchar es Ana Belén, con quien comparte ‘Inciso‘, una reflexión musical sobre lo supeditados que estamos al tiempo, de como pasamos el día a día quejándonos de lo rápido que avanza el minutero sin detenernos a disfrutar de lo que nos ocurre, lo que nos lleva a «tener los bolsillos llenitos de desiertos» y a arrepentirnos cuando ya no hay «billete de regreso». También se ha unido al portugués Luan Santana para compartir ‘¿Qué tal te va?’, un tema que se presenta en ambas lenguas y que habla sobre los sentimientos que se pueden llegar a experimentar cuando tu expareja empieza a rehacer su vida con la persona con la que supuestamente sólo compartía amistad. Entre medias de estos dos duetos encontramos ‘Perfectos imperfectos’, otra balada en la que ha querido compartir las sensaciones experimentadas cuando deliberaba si dar comienzo o no a una relación, y que ha aprovechado para pedir perdón a la otra persona afectada, reconociendo sus errores pese a sentir que va «a perder el tren» y recalcando que prefiere dejar una buena sensación antes que apresurarse a hacer algo de lo que no está seguro y que le puede llevar a hacer daño a la otra parte.
Si al principio hablábamos de lo experimental que era ‘Clickbait’, con el tramo final del álbum tenemos que volver a hacerlo. La penúltima canción es ‘Copiloto’, un tema en el que, aunque no mucho, el artista ha utilizado herramientas como el autotune para dar un toque diferente a la base o a los coros, pero sabiendo poner el foco en su voz en todo momento.
El último tema inédito llega bajo el título ‘Te invito’ y refleja a la perfección el momento de felicidad que vive el artista. En él, además de volver a hacer referencia a su tierra natal, Alborán habla de las cosas que le han marcado, como la «guitarra vieja» con la que empezó su andadura musical, su círculo cercano, que además de acompañarle en el camino celebrando con él lo bueno que le pasa también le frenan cuando tienen que hacerlo, o sus conciertos, uno de sus «momentos favoritos».
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