
Para explicar el nacimiento del Avecrem tenemos que remontarnos nada más y nada menos que a 1795, cuando Napoleón ofreció 12.000 francos a aquel que le diera una solución para conservar los alimentos de sus tropas. Y parece que fue el confitero francés Hook & Norman el que le dio la solución con estas pastillas de caldo concentrado.
Aunque a nuestro país tardaron algo más en llegar, fue concretamente en 1937, durante la Guerra Civil, cuando el empresario catalán Luis Carulla las trajo a España y empezó a comercializarlas bajo el nombre de Gallina de Oro, que luego sería Gallina Blanca.
La Fanta, también debe su nacimiento a una guerra, aunque también se la debe a otro refresco carbonatado: la Coca Cola. Y es que durante la II Guerra Mundial, los alemanes sufrieron un bloqueo por el que no podían obtener el concentrado de la Coca Cola y por ello pensaron en una bebida similar a base de fruta, surgiendo así la Fanta. Concretamente fue «en un concurso entre los empleados en el que el director les pidió dejar volar su Fantasie (fantasía en alemán), y un vendedor gritó al cielo: ¡Fanta!«, explican desde cadenaser.com.
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