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Borja González alerta a sus seguidores de los problemas de salud que padece tras ‘Supervivientes’: «Una semana más y vuelvo sin un brazo»

Se hizo con los ansiados 200.000 y reveló en qué se lo iba a gastar

Borja González es el último ganador de ‘Supervivientes’. Se hizo con los ansiados 200.000 y reveló en qué se lo iba a gastar: «Ana quería una casa, así que me va a tocar darle lo que quiere«, dijo dejando claro que el premio iban a ser destinados al bienestar de su familia.

Ahora se encuentra de regreso a casa, adaptándose aún a la vida real tras su paso por el programa. Está feliz retomando su rutina junto a su familia y su círculo más íntimo de amistades. Aunque, su última visita al fisioterapeuta ha generado una gran preocupación y ya ha confesado los problemas de salud que padece tras más de 100 días en Honduras.

Los problemas de salud de Borja González

La experiencia de este programa es bastante dura. Ha estado más de 100 días sin ningún tipo de comodidad, luchando contra condiciones climáticas complicadísimas y sobreviviendo ante la falta de comida. A eso hay que sumarle las pruebas físicas a las que se han enfrentado todos y cada uno de los concursantes.

Borja lo ha dado todo en cada reto y lo primero que ha hecho nada más regresar a su casa, ha sido someterse a un chequeo completo: «Una de mis primeras visitas tenía que ser a mi amigo«, ha escrito a través de redes sociales y desde la consulta de su fisioterapeuta.

En sus redes sociales, Borja ha hecho públicos los cuatro problemas de salud que padece tras su paso por los Cayos Cochinos: «Esguince en el pie, fisura en la costillas, lumbalgia y sobrecarga en la zona cervical. Una semana más y vuelvo sin un brazo«, ha escrito para sus más de 600.000 seguidores en Instagram.

Tirando de humor, ha compartido una imagen de lo más reveladora en la que ha dejado entrever que volver a la rutina no está siendo una tarea para nada fácil: «La adaptación está siendo poco a poco…«, ha escrito Borja González junto a una imagen en la que aparece en la calle durmiendo en el suelo.

Después de tantos días durmiendo en el suelo, con tan solo con una esterilla en la que reposar, todos ellos experimentan una especie de síndrome que les imposibilita dormir en una cama, al menos los primeros días de vuelta a la normalidad.