
Mantener las persianas limpias no solo mejora la estética del hogar, sino que también contribuye a la calidad del aire interior. El polvo acumulado puede afectar a personas con alergias o problemas respiratorios, por lo que una limpieza regular es clave. Afortunadamente, no necesitas productos caros ni herramientas profesionales. Con un trapo, un cepillo suave y algunos ingredientes que seguro tienes en casa, puedes conseguir resultados sorprendentes. Aquí te contamos los trucos más eficaces y seguros para limpiarlas sin desmontarlas.
Las persianas acumulan polvo, polen, restos de insectos y suciedad ambiental, especialmente si están expuestas al exterior. Esta acumulación no solo afecta su aspecto, sino que puede influir en la salud del hogar. Además, una protecciones solar sucia puede dificultar su funcionamiento y acortar su vida útil. Por eso, es recomendable limpiarlas al menos una vez al mes, especialmente en primavera y verano, cuando el polvo y el polen están más presentes.
1. Agua tibia y jabón neutro
Este es el método más sencillo y efectivo para persianas de plástico o aluminio. Solo necesitas un cubo con agua tibia, unas gotas de jabón líquido y un paño de microfibra. Bájala completamente, sacude el polvo con un cepillo suave o aspiradora de mano, y luego limpia cada lámina con el paño humedecido
2. Vinagre blanco para madera
Las persianas de madera requieren más cuidado. Mezcla agua tibia con vinagre blanco en partes iguales y aplica con un paño suave. Evita productos químicos agresivos que puedan dañar el acabado.
4. Bicarbonato para manchas difíciles
Si hay manchas persistentes, añade una cucharada de bicarbonato al agua con jabón. Este truco es útil para eliminar grasa o restos de insectos sin dañar el material
5. Vaporeta: limpieza profunda sin esfuerzo
La vaporeta es una herramienta muy útil para limpiar persianas sin desmontarlas. El vapor elimina bacterias y suciedad incrustada. Solo necesitas pasarla por cada lámina y luego secar con un paño limpio
Si no tienes acceso al exterior, puedes limpiar la parte externa de la persiana desde dentro. Bájala parcialmente para que queden visibles las ranuras entre las láminas. Usa un cepillo fino para retirar el polvo y luego aspira. Si es necesario, abre el cajón superior y limpia desde ahí con una bayeta húmeda