
En 1988, Mecano dio luz verde a ‘Descanso dominical’, uno de los discos más alabados de la historia reciente de la música en español, y en él incluyeron ‘La fuerza del destino’, un tema que probablemente ya hayas escuchado en alguna ocasión.
«Empezamos mal y yo que creía que esto era un buen plan y desde entonces hasta ahora el juego del amor nos tuvo tres años jugando, luego nos separó pero la fuerza del destino nos hizo repetir. Que si el invierno viene frío quiero estar junto a ti».
Prácticamente todo el mundo puede presumir de haber coreado en alguna ocasión y a todo pulmón el tema ‘Dos hombres y un destino’, uno de los más reconocidos de David Bustamante. Además, esta canción siempre tendrá un hueco especial en su corazón, ya que le mantiene vinculado a su gran amigo Álex Casademunt.
«Ella es como el Sol de otro amanecer. Por el amor de esa mujer somos dos hombres con un mismo destino. Pero yo se que ella me quiere a mi y que juega contigo. Por el amor de esa mujer somos dos hombres con un mismo destino. Y aunque me digas que ella es para ti y aunque seas mi amigo, lucharé».
Por su parte, Malú tomo otra posición y quiso hablar del destino desde una perspectiva diferente en uno de los temas que más se viven en sus conciertos, ‘Desprevenida’, incluido en su disco ‘Oxígeno’.
«Me pilló desprevenida tanta vida de repente, me pilló tan indefensa tu verdad tan inconsciente Justo abrazas mi necesidad de abrazo y me rompes las ventanas y apareces de un portazo, hoy no entiendo de destino ni pretendo hacerlo. Pero llegas, entregando tus maneras, inventando una salida».
Por su parte, Melendi se hizo la misma pregunta que muchas otras personas, ¿Habrá sido cosa del destino o habrá sido casualidad? Y fue precisamente esta la idea plasmada en una de sus grandes canciones, compartida con Ha*Ash.
«La noche se hizo día, pero no se fue la luna, se quedó a verlos, apoyada en el hombro del sol, alúmbrales con fuerza, brilla todo el día y, cuando llegue la noche, yo sellaré su pasión. Dos extraños bailando bajo la luna se convierten en amantes al compás, de esa extraña melodía que algunos llaman destino y otros prefieren llamar casualidad».
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