
Lejos de la prensa, el cantante ha construido un refugio de felicidad en Miami, donde lleva una vida sorprendentemente normal para una estrella de su calibre.
Según ha publicado el periodista Carlos Otero, la familia vive en Bay Point, una exclusiva zona de Miami donde, en 2013, Enrique y Anna compraron una espectacular mansión valorada en unos 20 millones de dólares. Con más de 1.800 metros cuadrados, la propiedad cuenta con una piscina privada, pistas de tenis y un embarcadero con su propio yate.
Como medida de privacidad, Enrique mandó construir un muro de cinco metros de altura. Entre sus vecinos están grandes nombres de la música como Ricky Martin, Gloria Estefan o Cher. Eso sí que es un barrio exclusivo.
Enrique está decidido a que sus hijos disfruten de la privacidad que él no vivió. Ahora mismo el artista está tan alejado de los focos que nadie supo de los embarazos de Anna hasta el nacimiento de sus hijos.
Enrique huye de las fiestas y los eventos sociales. Prefiere los planes caseros, viendo televisión con su familia o componiendo nuevas canciones.
La familia del cantante también tiene un componente animal, se completa con dos adorables mascotas: Jack, un retriever de Chesapeake, y Mad, un pastor alemán nombrado en honor a Mad Max, una de las películas favoritas de Enrique. Estos compañeros de cuatro patas son parte inseparable de su día a día.
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