
Macaco comenzó sus andaduras a finales de los noventa. A sus espaldas llevan una larga lista de éxitos, entre los que predomina su característico y peculiar tono de voz, así como la rumba catalana, la cual han establecido como uno de sus mayores sellos personales. Temas como Moving o Coincidir, se han establecido como algunos de los más emblemáticos en su trayectoria. Y es que, en las mágicas letras de sus canciones, ha predominado siempre una clara la reflexión.
Un claro ejemplo de ello es Hijos de un mismo dios. Canción que lanzó en enero de 2015, y que ahora cumple su primera década de edad. Diez años desde que lanzase este grito a la sociedad e invitase a la introspección colectiva.
Con esta canción Macaco se limitó a describir algunas de las duras circunstancias que viven las distintas personas desde este mundo. Desde los disparos como banda sonora en Tijuana, hasta las cacerolas en vez de tambores en São Paulo, el grupo quiso dejar por escrito las desiguales e injusticias de las que este mundo es testigo. Millones de reproducciones para un completo lema de vida que ha daba voz a todos a quienes se sienten que no la tienen.
«Si somos hijos, hijos de un mismo Dios¿Por qué siempre caen los mismos, por qué?Si somos hijos, hijos de un mismo Dios ¿Por qué los ojos se nublan?¿Por qué los ojos se acostumbran a todo este dolor?»
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