
La veterinaria Ana Ramírez, directora técnica de Kivet, asegura que regalar juguetes, accesorios y pequeños caprichos no solo mejora su bienestar físico y emocional, sino que también refuerza el vínculo con sus dueños. «Desde pelotas resistentes hasta camas cómodas, hay opciones para todos los gustos y necesidades», explica.
Los juguetes son un acierto seguro. Para los perros, los frisbees, pelotas interactivas o mordedores de cuerda ayudan a liberar energía y mantener sus mandíbulas sanas. Los rompecabezas que dispensan premios son perfectos para estimular su mente y evitar el aburrimiento cuando están solos en casa.
No todo es juego. Camas, mantas calentitas o refugios cerrados ofrecen un espacio seguro y cálido. En animales mayores, una cama viscoelástica protege sus articulaciones y mejora su descanso. Los rascadores y árboles para gatos también son una forma de cuidar su salud mientras juegan.
Un abrigo impermeable, un jersey cálido o botas para perros protegen durante los paseos de invierno. Collares, arneses y correas cómodos y seguros completan el regalo, uniendo estilo y funcionalidad en cada salida al aire libre.