
El problema no es solo estético o anecdótico. Es una estafa que puede hacerte perder tiempo, ilusiones e incluso dinero al firmar alquileres o reservas anticipadas.
Atención a lo ‘demasiado bonito’
Si todas las estancias (salón, cocina, dormitorios) se ven perfectas, con colores vibrantes, muebles ideales y nada de imperfecciones, conviene desconfiar. Esa uniformidad de impecabilidad suele ser la primera señal de manipulación.
Observa los detalles: fondos, perspectiva y proporciones
Las imágenes generadas por IA, o muy retocadas, tienden a presentar anomalías: objetos con proporciones extrañas, perspectivas inverosímiles, sombras mal integradas, fondos borrosos, ventanas con vistas incoherentes, etc.
Busca fotos ‘sin decoración’ o usa Google Imágenes
Si el anuncio muestra pisos vacíos o con decoración típica de catálogo, pide fotos de espacios reales, propias del propietario, o usa herramientas de búsqueda inversa de imágenes para comprobar si las fotos aparecen en otros anuncios, lo que podría indicar uso de imágenes ajenas.
Desconfía si te piden reservas o pagos sin visita previa
Una práctica habitual en los fraudes inmobiliarios con fotos falsas consiste en pedir un adelanto para reservar la vivienda, muchas veces antes de verla en persona. Si no puedes visitarla, o solo te muestran fotos virtuales, aléjate.
Comprueba la veracidad del anunciante y mantén comunicación en la plataforma oficial
Evita contactos fuera del portal; desconfía si te insisten en hablar por WhatsApp u otro medio privado. Verifica identidad, pide documentos, revisa otros anuncios del mismo usuario o agencia… la transparencia es clave.
Las imágenes generadas por IA han llegado a transformar pisos ruinosos o deteriorados en ‘viviendas de revista’, lo que alimenta falsas expectativas. El resultado: un panorama inmobiliario más engañoso, más competitivo y para quien busca casa, más incierto.
MÁS SOBRE: