
Thomas Germain, periodista de la BBC especializado en tecnología, realizó un experimento que demuestra por qué no son necesarias. En el mismo, le propuso a un amigo pasar un mes sin utilizar esta protección para el teléfono, comprobando que los modelos actuales son mucho más resistentes a los golpes y caídas que los modelos de antes. Y es que los fabricantes no solo trabajan en mejorar las funciones y herramientas de nuestros teléfonos, sino que también trabajan en mejorar sus características físicas, entre ellas su resistencia a golpes, arañazos e incluso al agua. Además, el periodista comprobó durante la experiencia que el diseño original del teléfono, sin fundas que lo oculten, era mucho más atractivo.
Entre las razones que alegan algunos para no ponerle funda a su móvil está que este accesorio lo sobrecalienta, además de aumentar en algunos casos su tamaño, complicando así que nos quepa en el bolsillo o bolso, por lo que optan por otro tipo de soluciones.
También están aquellos que se cansan enseguida del móvil y lo cambian prácticamente cada año, por lo que no les preocupa que se dañe, si total lo van a cambiar en breve. Para muchos el teléfono es un símbolo de estatus y no llevar funda puede interpretarse como que no te importa que golpee o dañe, ya que puedes permitirte otro sin ningún tipo de problema.
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