Grupo de jóvenes

Los ‘influencers’ comienzan a ‘desinfluenciar’: la tendencia que triunfa entre la generación Z

Cada vez más jóvenes optan por el “Grid Zero”

Noelia Bertol

Hubo un tiempo en que Instagram era el escaparate de nuestras vidas: desayunos con filtro Valencia, selfies en la playa y mascotas bostezando. Pero algo está cambiando. La Generación Z, la que corresponde a aquellos que nacieron con el móvil prácticamente en la mano, ha frenado esta tendencia. ¿La nueva consigna? Menos consumo, menos exposición y más autenticidad.

Seguramente te ha llamado la atención el comportamiento que tienen los más jóvenes en las redes sociales, muy distinto al que pueda tener tu generación, si eres algo más mayor. Estos apenas comparten fotografías en el muro de Instagram y sus historias también son muy particulares.

El ‘oversharing», ese impulso de compartir hasta el café de la mañana, está en declive. Cada vez más jóvenes optan por el “Grid Zero”: borrar todas sus publicaciones y dejar sus perfiles como lienzos en blanco.

¿La razón? La Gen Z tiene aversión a la permanencia y a la huella digital, explica Kim Garcia, investigadora de tendencias culturales en Instagram.

Redes sociales fotografía instagram móvil viajes
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La Generación Z cambia los patrones de comportamiento en redes

Muchos pueden pensar que las redes sociales ya no son lo que eran. Se han convertido en un escaparate comercial, lleno de vídeos, anuncios y contenido profesionalizado. Y los usuarios, lejos de desaparecer, se refugian en los mensajes privados, los grupos cerrados y las interacciones efímeras.

¿Estamos ante el fin de la era del influencer? No exactamente. Pero sí ante una transformación bastante profunda. Ahora lo guay no es tener lo último en tendencias, sino saber decir que no. Lo auténtico gana terreno frente a lo perfecto. Y lo íntimo se impone sobre lo público.

Desinfluencing‘, el término que gana terreno

Se trata de un movimiento que está revolucionando las redes sociales gracias a los más jóvenes. ¿Su lema? No comprar cosas que no necesitan solo porque lo han visto en un vídeo. «Puede entenderse como una reacción adaptativa frente a la saturación«, señala a 20Minutos la psicóloga especializada en Ámbitos Sociales y Metodología, Elena Cejalvo Herraiz.

«Durante años hemos estado expuestos a un flujo constante de recomendaciones, idealizaciones y mensajes que vinculan la felicidad con el consumo. Esa presión genera fatiga cognitiva y un desgaste emocional que se traduce en frustración, ansiedad o culpa tras las compras impulsivas», añade esta.

Pero no se trata solo de decir “no” a los productos. Es una forma de recuperar el control, de preguntarse “¿quiero esto o me lo están imponiendo?”, y de reconectar con lo que realmente importa.

¿Y tú? ¿Estás listo para unirte al desinfluencing y dejar de compartir tu vida como si fuera un escaparate? ¿O crees que esto es solo cosa de las nuevas generaciones?