
Es el caso, por ejemplo, de los incendios urbanos. Según recoge Netatmo, el 71% de los incendios se producen en viviendas. Desde hace años, y con las diversas tecnologías que también aumentan la probabilidad de nuevos incendios, el riesgo de incendio es un miedo con lo que la ciudadanía convive.
Con motivo de ello, la medida de incorporar detectores de humo en los hogares cada vez es más un realidad. A pesar de llevar en fase de estudio desde 2022, las casas de Valladolid ya tienen que tener en cuenta el tener un sistema de alarma contra los incendios. Concretamente, es el artículo 433.2 del Plan General de Ordenación Urbana, perteneciente a la normativa del Ayuntamiento de Valladolid, el cual incluye a todas aquellas nuevas viviendas, aquellas en reforma y, sin duda, aquellas existentes.
Haciendo frente a esta nueva medida y de cara a las próximas normativas que también así lo reclamen, el detector de humo debe estar presente en cada hogar. Concretamente, de tipo óptico y ubicado, al menos uno de ellos, en la zona del vestíbulo o pasillo de ésta.
A pesar de que las recomendaciones establecen que se debería incluir uno de estos dispositivos en cada lugar de la casa, la realidad es que se deberían evitar aquellas zonas que puedan causar las conocidas como falsas alarmas tales como, el baño o la cocina. Si es imposible instalarlo en el techo, se deberá ubicar en la zona alta de alguna de las paredes.
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