
Durante las vacaciones hay más tiempo para compartir planes en familia, como viajes o tardes en la piscina. Ahora, con el regreso a las aulas, muchos padres sienten ese vacío de no tener a sus hijos presentes en casa, y es precisamente en esos momentos cuando un beso o un gesto de cariño puede convertirse en el mayor remedio para una madre.
Un abrazo antes de salir de casa, un beso de despedida en la puerta del colegio o antes de salir del coche, o un simple «te quiero» pueden convertirse en la mejor vitamina para afrontar el curso. Y tú, ¿recuerdas cuándo fue la última vez que tu hijo te dio un beso antes de entrar a clase? ¿O cuándo lo hiciste tú con tu madre?
Este tipo de detalles tan importantes demuestran por qué no todos los adolescentes son iguales. Un vídeo de milkamatoss en Instagram dice: «Que vivan y vuelvan los valores y los grupos sanos de teenagers. Ya es hora de volver a romper el estigma de que ‘todos los teenagers’ son iguales». Cada familia transmite unos valores diferentes y los hijos reflejan, en gran medida, lo que reciben en casa. Un beso o un abrazo antes de entrar en clase es un recordatorio de que, aunque crezcan, la cercanía sigue intacta.
Así que, en esta vuelta al cole, además de preparar la mochila con los libros y un bocadillo para el recreo, merece la pena recordar a tu hijo la importancia que tiene para ti un beso suyo antes de entrar por la puerta de clase.