
De todo ello está aprovechando para hablar en sus redes sociales, donde incluso ya nos ha hecho saber que ha tenido entre manos algunos ejemplares del nuevo álbum para dejar su firma en aquellas ediciones que se pondrán a la venta de manera exclusiva. Pero a su vez también ha querido aprovechar sus plataformas para denunciar una situación a la que está teniendo que hacer frente y para defender a capa y espada, como siempre ha hecho, a sus seguidores.
Las redes sociales nos permiten estar cerca de aquellas personas a las que queremos, pero en el otro lado de la balanza también ocultan una cara que no es tan buena. De este modo, a Pablo Alborán le está tocando lidiar con usuarios que se están entrometiendo de manera equivocada en su vida profesional, personal y sentimental, promoviendo bulos que nada tienen que ver con la realidad actual del artista.
Es por eso que ha querido defenderse de manera pública ante algunos de estos perfiles haciendo gala de su educación en su cuenta oficial de Instagram, dirigiéndose a un usuario que había desembolsado dinero para que su publicación llegase a la cuenta del artista: «El colmo del colmo es que se permita publicidad de esto. No le conozco de nada y no me interesa su petición muchas gracias. Agradezco su cariño y sus palabras pero le ruego que deje de insistir, gracias. Le deseo lo mejor», sentenciaba el malagueño.
Pero esta no ha sido su única respuesta, ya que también ha confirmado que ha puesto otro caso similar en manos de las autoridades pertinentes: «Esta cuenta en TikTok también se dedica a repartir bulos sobre mi. Sé quién está detrás de ella porque tiene varias cuentas y perfiles que tenemos identificados. Todo a su tiempo. Esta cuenta también es del mismo ID. Y lo más gracioso es que en esta cuenta se supone que me apoya. La esquizofrenia se trata. Pero la maldad se denuncia. Tal y como están las cosas en el mundo y hay gente que se dedica a esto… si lo piensas es fuerte eh? Qué pérdida de tiempo. En fin, yo aviso por aquí por si caéis en sus redes… Pero ya he dejado esto en manos de quien debe ocuparse. Feliz vida!», añadía Pablo Alborán.
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