
Por supuesto, no podemos hablar de Málaga sin mencionar a Pablo Alborán, siempre orgulloso de sus raíces andaluzas. Quédate leyendo para descubrir cuál es su restaurante preferido para comer marisco en la ciudad que lo vio crecer.
El cantante colombiano Sebastián Yatra actuó recientemente en el Marenostrum Fuengirola, uno de los festivales más destacados del verano andaluz. Pero la verdadera sorpresa llegó mucho antes de que arrancara el espectáculo. El propio Yatra se presentó en la playa de la localidad para repartir entradas gratuitas entre los bañistas.
El artista quedó encantado con la playa de Fuengirola, tanto que incluso se atrevió a bañarse en el mar. En cuestión de segundos, ya estaba sumergido. La temperatura del agua está aprobada según Sebastián Yatra.
Uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando una madre y su hijo recibieron las entradas en plena orilla. La mujer confesó que pensaban comprar los pases para asistir al concierto. También sorprendió a tres pequeños que nunca habían ido a un espectáculo en directo y que recibieron con entusiasmo sus primeras entradas para ver a Yatra. El artista compartió en sus redes sociales un vídeo con todas estas anécdotas.
Según redacta La Opinión de Málaga, allí vivió un momento especialmente emotivo cuando una mujer le pidió que saludara a su hijo, en tratamiento contra el cáncer. Alborán recuerda que se levantó “como un resorte” para acercarse al joven: “Pegué un bote y me fui corriendo a la familia. Tuve herramientas para poder acercarme al chaval que tendría unos veinte años o menos. Tuve una conversación normal, no ese bloqueo que uno tiende a tener inconscientemente, a tener esa pena. Pensé: ‘ostras, qué bien que tengo todas las herramientas para que este chaval, al menos en los cinco minutos de conversación que tenga con él, se dignifique su persona, no se sienta un enfermo’”.
El cantante explicó que pudo charlar con él con total naturalidad: “Estaba toda su familia y supongo que ellos sentirían lo mismo que sentimos nosotros cuando vimos a esta persona en mi casa, que de repente es como que te da pena perder el pelo, hay un montón de cosas que dan pena por lo que representan estéticamente, pero esa persona a lo mejor no siente ninguna pena, esa persona quiere vivir, quiere salir, quiere entrar”.
Más allá de este instante, Pablo disfrutó junto a sus amigos de las especialidades del restaurante, como las coquinas de la costa, las quisquillas de huevas azules o la ensaladilla rusa templada con quisquillas de Motril, considerada de las mejores de España.
La jornada terminó en el chiringuito Lulú Playa, situado frente al restaurante. Según mostró en Instagram, allí compartió unas aceitunas, palomitas y cócteles en un ambiente relajado, con buena compañía y vistas al mar.
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