
Hace unas semanas, Vicky confesaba que se había hecho una promesa este verano, gustarse más y compararse menos. Así lo escribió al pie de una imagen en la que posaba con un bañador negro, con el que decía sentirse bien. Ese gesto marcaba el inicio de una temporada en la que la conexión con uno mismo han sido su prioridad.
Ahora, tras tres semanas de descanso en compañía de su madre, su hermana, su hija Alba y el novio de esta, Vicky ha vuelto a su rutina con energías renovadas. Punta Umbría no solo ha sido el escenario de unas vacaciones familiares, sino también de un viaje al pasado. “Volver a mis raíces. Volver a mi verdad. Volver donde fui feliz. Volver a casa”, escribía junto a un emotivo vídeo en el que compartía imágenes de su estancia en la localidad onubense.
Poco antes de reaparecer públicamente en la alfombra roja de la Global Gift Gala en Marbella —donde lució un elegante vestido blanco—, la diseñadora andaluza se sinceró en Instagram sobre el cambio físico que ha experimentado durante este verano. “Ahora que lo pienso, entiendo perfectamente cómo he engordado cinco kilos en tres semanas”, reconocía, sin ápice de remordimiento.
Lejos de lamentarse, Martín Berrocal lo contaba con humor y aceptación. “He comido sin límites, he bebido lo que me ha dado la gana, he dormido doce horas al día y hasta he hecho siestas”, relataba. Para ella, este parón ha sido una inversión en bienestar. “He compartido tiempo de calidad con gente que me gusta demasiado y podría decir que han sido las tres semanas más felices de todos los veranos que recuerdo”.
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