Joaquín Sabina se encuentra en Panamá, único país latinoamericano en el que no había actuado hasta ahora, además de Bolivia y Nicaragua.
En una entrevista concedida a la agencia EFE Sabina se sincera y entre otras reflexiones confiesa que «Me importa un carajo mi trascendencia -asegura el artista-, lo único que me importa es que cuando me muera deje al menos 16 canciones que no me den vergüenza y hayan cruzado el mar, pero lo que pase después de mis cenizas te aseguro que no me importa lo más mínimo«.
Para explicar su gustos e influencias Sabina se declara «más inclinado a Lou Reed que a Bruce Springsteen«. Devoto de Bob Dylan, el cantautor español opina que a ese artista estadounidense «hace años ya le debían haber otorgado el premio Nobel de Literatura… Y a Leonard Cohen también«, agrega.
«Yo sigo buscando el Bob Dylan español, el Leonard Cohen español, el Goerges Brassens español, el Ruben Blades español..«, confiesa el autor de canciones como «Calle Melancolía», Pongamos que hablo de Madrid» o «Peces de Ciudad», está última su favorita junto a «Y sin Embargo».
Sabina reivindica su austeridad, en lo que la fama a hecho de su vida y sus costumbres, y asegura que su único patrimonio es «una espléndida biblioteca».
«Mi sueño erótico es ser invisible, porque a mí me gusta mirar y no que me miren», concluye.