«Me dieron un golpe y se me inflamó un testículo tanto que entraron tres enfermeras para verlo»

Saray Esteso

¡Pobre Raúl! Un amigo suyo tenía la tonta costumbre de golpear las parte ajenas con tan mala suerte que uno de esos golpes le produjo una inflamación testicular. Este atrevido fue a urgencias y las enfermeras alucinaron en colores… qué vergüenza pasó. Quien también pensó «tierra trágame» fue Pili, que le regaló a su suegra, sin ella acordarse, el bolso que esta última le dio unos meses antes.

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