Excusas para no empezar la dieta (otra vez)

Redacción Cadena Dial

Cuando llega el momento de empezar una dieta, siempre surge algo realmente «importante» que entorpece su desarrollo. Si en el supermercado había una oferta de 2×1 en pizzas, ¿quién eres tú para negarte a aprovecharla? Esas gangas no se encuentran todos los días y deberías estar agradecido con el universo por ponerlas en tu camino. Las judías verdes que tenías pensadas para la cena pueden esperar un día más (y una semana).

Cuando empiezas una dieta, eres consciente de que vas a renunciar a tus platos favoritos y, por eso, no dejas de encontrar motivos para mandarla al traste. Hemos elaborado una lista que explica al detalle el 99 % de las excusas que suelen aparecer cuando nos proponemos hacer una dieta. A ver si te suena alguna…


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Las excusas más frecuentes

No es un buen momento

Vamos a adelantarte algo: nunca es un buen momento. El momento ideal, sencillamente, no existe. Seguramente, has pensado alguna vez en dejar la dieta para después de Navidad o te has convencido de que tienes demasiado trabajo como para ponerte a entrenar, e incluso de que te mereces un premio por el maldito día de perros que llevas. Esperar al momento perfecto para hacer algo es la peor idea que se te puede ocurrir, pues nunca existirá uno para hacer un sacrificio. Te aconsejamos que pongas en práctica la frase «no dejes para mañana lo que debas hacer hoy». Ya sabes que mañana siempre es un día perfecto para tirar la toalla.

Ahora no hay tiempo

Ya, claro. No tienes tiempo de prepararte una ensalada o un poco de brócoli a la plancha pero sí puedes pasarte dos horas viendo vídeos de Youtube o haciendo zapping. ¿En realidad, necesitas tiempo para cuidar de tu salud? Es cierto que lo necesitas para trabajar, descansar o salir a divertirte con los amigos, pero, desde luego, sacar un hueco para cuidar de ti debe ser algo prioritario.

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A mí no me sirve para nada

A lo mejor no te sirve porque, después de comerte un par de filetes de pechuga a la plancha, te has apretado un helado de chocolate de tres pisos. Piensa que si las dietas no surten ningún efecto es porque se hacen mal o no se llevan a cabo con regularidad. ¿De qué sirve comer de forma saludable un par de días si luego te atiborras a fritos o alimentos procesados? Ten cuidado antes de ponerte a dieta y no te fíes de cualquiera que aparezca en Internet; las dietas milagro son perjudiciales para tu salud.

Me voy a gastar mucho dinero

Es cierto que tener una dieta saludable con todos los nutrientes recomendables puede suponer un cierto gasto de dinero. Sobre todo, si la complementas con una inscripción mensual en un gimnasio o con un entrenador personal. Pero aquí tienes que valorar tus prioridades ¿Es importante tu salud? ¿Cuánto dinero gastas los fines de semana en copas y tabaco? Pues haz la cuenta, porque puedes recortar gastos de muchas otras cosas que, además, son perjudiciales para tu salud.

¿Sabes eso de quien quiere, puede? Salir a correr no cuesta ni un euro, ¿verdad?

Los sentimientos entran en juego

Una de las excusas más peligrosas que se suelen presentar es la de la falta de apoyo externo. Está claro que, socialmente, nadie te va a acompañar en esta nueva travesía. Sí, vale, alguien está devorando una hamburguesa grasienta a unos centímetros de ti, pero piensa más allá de ese momento y mira al futuro. Seguro que acabarás agradeciendo haberte comido ese pollo sin rebozado, sin salsa y… sin gracia.

Nadie dijo que fuera fácil, pero tú puedes conseguirlo. Cómete las excusas y piensa a lo grande.

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