¿Qué nos hace tan peculiares a los españoles?

Redacción Cadena Dial

Los españoles somos conocidos en medio mundo por algo más que por tener un himno nacional cuya letra es «lolololo» y por ser de los mejores jugando al fútbol. Nuestras costumbres incluso llegaron a ser motivo de un decreto del Gobierno para que los inmigrantes supieran lo que consideramos intocable en nuestro país.

Los extranjeros adoran y odian muchas de nuestras costumbres a partes iguales. Si bien las nuevas generaciones han conseguido cambiar la sociedad, sigue habiendo una base inamovible sobre la que hemos ido construyendo nuestra peculiar manera de ver el mundo. ¿Que no? Sigue leyendo y ya verás como sí.

Costumbres que nunca cambiarán

Arreglar el mundo mientras desayunamos o nos tomamos el aperitivo. Cualquier español es un presidente del Gobierno, como mínimo, en potencia. Todos tenemos en la mente las necesidades del país, la mejor solución para los problemas y una forma muy concreta de evitar la debacle. Resulta curioso que después votemos siempre lo mismo, pero la intención es lo que cuenta.


Gritar. En general y a todas horas. Desde el albañil que entra a trabajar en la obra que está al lado de tu casa a las seis de la mañana a la señora que se cuela en la cola del supermercado. El tema es gritar, pregonar, dar a conocer lo que hacemos en cada momento y alardear de todo lo posible. Por suerte, también hay personas que apuestan por el silencio y por la calma.

Comer acompañados. Aunque sea del pelma de la oficina, pero siempre con alguien al lado. Es necesario para poner en práctica los dos puntos anteriores. Además, la comida compartida siempre sabe mejor. La paella dominical o el guiso de la abuela no pueden faltar para rematar la semana a lo grande.

Hablar todos los idiomas de aquella manera. Lo del inglés va mejorando gracias a su obligatoriedad, lo de otros idiomas es de juzgado de guardia. Especialmente el francés y el italiano. Eso de ir a Roma y pedir pizza y pasta pensando que uno es la reencarnación de Dante no tiene precio. Pedir «un fileté con patates» en París, tampoco.

Hacer cola. Tras el fútbol, es el deporte nacional. En el banco, en el supermercado, en las taquillas del teatro, para entrar en un concierto y en todas partes. Una cola y quejarse del que se cuela y de la falta de organización, o de personal «¡con el paro que hay!» es una tentación a la que no nos podemos resistir.

Otras costumbres a tener en cuenta

Usar persianas. Sí, querido/a lector/a, no se usan en el resto del continente europeo salvo en Italia y en Portugal. El motivo que alega el resto del mundo civilizado es bien sencillo: nadie va a mirar por una ventana a ver qué hace el vecino. ¡Ellos se lo pierden!

Comer churros. Salvo en el sur del continente americano, donde los comen con guacamole y con salsa de chile, son típicamente españoles. Es más, muchos no tienen ni la menor idea de qué son y tampoco de qué están hechos. Al menos, buena parte de los turistas que los prueban repiten, por algo será.

Esperamos haberte ayudado no solo a repasar las costumbres más divertidas sino también a casi psicoanalizarte. Es cierto que muchas personas no llevan a cabo ninguna de estas costumbres… en público, pero ¿a que en privado sí? Todo sea por mantener nuestra cultura de la mejor forma posible.

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