¿Y si te dijéramos que podrías haber estado haciendo el tonto durante todo este tiempo? A ver, las escapadas que te has pegado, disfrutadas están, eso no te lo quita nadie. Pero a partir de ahora deberías tener en cuenta un detallito. No solo por el bien de tu bolsillo, sino también por el de tu cabeza, que se te va la vida preparando todo trimestres antes del despegue.
El único motivo por el que sacaste tu billete a Praga en otoño fue para que la operación te saliera más económica, ¿verdad? Pues bien, quizá deberías haber esperado un poco más, a juzgar por los diversos estudios que se han realizado al respecto.
La mayoría de estas investigaciones, algunas de las cuales diseccionan ofertas de hasta treinta aerolíneas, están de acuerdo. Muchas de ellas coinciden en que el momento adecuado para reservar tu asiento en el avión estaría fijado en las fechas correspondientes a unos cincuenta días previos a las vacaciones. Precisamos: si es que se trata de un vuelo de corta distancia. Es decir, estando al loro unas siete semanas antes de partir puedes ahorrarte, según los entendidos, un 10 %. No está nada mal, ¿no?
Pero ahí no acaba la cosa. ¿Sabías que tus vacaciones podrían salirte aún más baratas? No, no queremos decir que te quedes en casa y tomes el sol con las rejillas de la tostadora. Tampoco que cuelgues un mural de una playa caribeña en tu terraza y te hagas fotos con un abanico. Nos referimos a que según el día de la semana o incluso la hora en los que reserves tu billete, puedes arañar más o menos euros.
De esta forma, los lunes y los martes son los días más propicios para conseguir tu objetivo, pues salen más ofertas. Ni se te ocurra reservar el fin de semana; los precios se disparan. En cuanto a la hora, hazlo a las tres de la tarde, el instante en el que existen más ofertas baratas en el mercado.
Resumiendo: el momento ideal para reservar tu billete de avión sería un lunes después de comerte un buen plato de garbanzos. Suponiendo que tu viaje se efectúe en agosto y que el destino sea Melbourne, ese lunes debe pertenecer a febrero. Si lo que quieres es conocer París, con hacerlo en junio vas que chutas.
¿Ves? Tampoco hay que sacar las cosas de quicio. Estabas exagerando demasiado. Con este método no solo te ahorrarás euros. También, nervios antes de tiempo.
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