La cuestión que tras gritos y desesperación, encontró una solución muy curiosa para salir, y es que vio una morcilla congelada y la utilizó como una especie de ariete (como la policía) para romper la cerradura de la puerta. Hizo palanca y consiguió abrirla…¡De locos!
El señor se encuentra sano y salvo gracias a su querida morcilla, quién lo diría.
¡Escucha aquí la vuelta al mundo!