La razón: disminuye la disponibilidad de oxígeno y aumentan los niveles de CO2 en nuestro organismo.
La institución lo constata en su cuarto informe sobre las mascarillas que elabora desde que comenzara la pandemia de la Covid-19 argumentando que el uso de las mismas puede reducir la capacidad de respirar cómodamente.
Entre las consecuencias más negativas del uso de mascarillas se ha encontrado que en personas con alguna patología pulmonar puede provocar un aumento de la temperatura facial o dispnea (sensación subjetiva de falta de aire).
“La medida preventiva más importante durante el ejercicio físico consiste en mantener el distanciamiento de mínimo un metro y asegurar una buena ventilación”, según la OMS. Y esto se consigue realizando ejercicio al aire libre y en sitios donde no se produzca aglomeración de gente.
En caso de que acudamos a un gimnasio o una sala para realizar deporte, esta debe de estar ventilada suficientemente, bien con ventilación natural o un sistema correcto y homologado.
Además, es importante que extremes la higiene de manos antes y después de colocarte la mascarilla y no prolongar su uso más de cuatro horas.